El conjunto más ganador de la movida de Copa Nacional de Campeones, superó la inverosímil marca de las 80 coronas al coronarse campeón del Regional de Lobos el último fin de semana, en donde superó 4-2 al local Valmar en la final.

Un fútbol que enamora. De principio a fin, fueron el gran candidato a llevarse el certamen y esta vez, a diferencia de sus dos presentaciones en el año, no hubo impedimentos para irse con una sonrisa. Luego de ganar el Nacional de Tandil en 2017 y el de Mar del Plata en 2018, habían quedado afuera en los penales dos veces este año: en la final del Nacional con MB Eventos de Ayacucho que los privó del tricampeonato en Tandil y en los cuartos de final con Reconquista de Merlo en el Regional de Mercedes. La Espiga, ese equipo del que todos hablarán, volvió a los primeros planos y ya está clasificado al tremendo Provincial de Mar del Plata del 7 y 8 de diciembre.

La Espiga: ese equipo del que todos hablarán

Los de Glew arrancaron el Regional arrasando: 11-0 fue la victoria sobre Ovodec de Mercedes, a quien le pesó mucho el cansancio del primer partido y, con un par de lesionados, poca fuerza le pudo hacer. A eso de las 20, el grupo E se cerraba con el duelo entre La Espiga y Los Piratas de La Matanza, un elenco debutante que también llegaba con chapa de pelear bien arriba. Increíblemente quedando afuera tras empatarle a La Espiga -tercer equipo que lo logra tras los nombrados MB Eventos y Reconquista-, los grises, negros y amarillos le hicieron un gran partido a los de Héctor Catán en lo que fue uno de los mejores encuentros del certamen. Lo ganaba el aurinegro y en el segundo tiempo lo dio vuelta La Espiga. A los 20 segundos Seba Bella puso el 1-1 y 10 minutos después Jonatan Soplán hizo un gol de crack: quedó cara a cara con el arquero y en lugar de definir apresurado le hizo un amague al suelo para que el “1” pase de largo y el “10” logre dar vuelta el cotejo con el arco vacío. Los Piratas no se rindió y segundos después de un “minuto” pedido por Catán igualó 2-2.

Al día siguiente, en la mañana La Espiga debía enfrentarse con La Amistad de Cañuelas, que con un par de suspendidos por acumulación de tarjetas no pudo ponerse cara a cara con los múltiples campeones. En la instancia siguiente, el rival a vencer era la revelación del campeonato: An-Vivo de Tandil. Un conjunto de pibes que no para de ascender categorías en la afamada Copa Cosa de Serranos y que se fue conforme con hacerle partido al poderoso Espiga. Tuvo un penal para ponerse 3-3 en el segundo tiempo pero Diego Córdoba le metió un guantazo a la ilusión y a partir de allí su elenco arrolló. Soplán volvió a anotar un golazo para fulminar esperanzas y ya con el recambio pensando en la final, La Espiga se movió al compás de Michel Mercado, una joven incorporación que juega Futsal en Boca Juniors. 8-2 fue el score final con la figura del “11”.

En la final nos ambientamos, con la gran cobertura en streaming con el equipo de Carpo Producciones, en una nueva transmisión en vivo y en alta definición por el Facebook de Copa Nacional de Campeones. El duelo arrancó de manera inmejorable para La Espiga. Nos estábamos acomodando y a los 17 segundos Matías Sánchez le dio con chanfle un zurdazo bajo que abrió el marcador desde la salida de los equipos  a la cancha. Tres minutos más tarde, Soplán la empaló en un córner para que por el segundo palo llegue Juan “Pity” Villán para de cabeza poner el 2-0. Parecía que se podía venir una goleada, porque siempre es difícil aguantar el resultado con La Espiga y ya ganaba por dos en los primeros tres minutos. Pero Valmar fue con empuje y hambre y se recompuso de manera honorable para empatar el partido en la última de la primera etapa. El “Tin” Francavila fue el encargado de anotar los dos tantos locales y de desatar la algarabía en Lobos. Había final y el partido se dirimía en los últimos 20 minutos.

En el complemento, la ventaja los de Glew la encontraron con una avivada de Soplán. Será un detalle, para muchos. Algo dentro de lo común, para otros. La diferencia, para nosotros. Tiro libre en mitad de cancha, el hombre de la barrera no respeta la distancia y, en lugar de protestar o tirarle la pelota encima, Soplán fue más vivo y la jugó rápido. Abrió para la derecha y con un pique corto se situó en la puerta del área para recibir la pared y pararla para definir con un puntazo alto y violento que le dio nuevamente la victoria a su elenco. Te descuidaste un segundo y La Espiga te liquidó.

Finalmente, Seba Bella tomó una pelota en el vértice derecho del área y la agarró picando para con una buena definición cruzada estampar el 4-2 final.

Postal para el recuerdo en el Regional de Lobos. Campeones y subcampeones de las distintas rondas celebran un finde estupendo.

Ya no hubo lugar para los angustiosos penales ni para demasiado sufrimiento. La Espiga viajó como el candidato y se volvió con la copa. Fue un torneo donde se los vio más distendidos y disfrutando del fútbol y la familia. La gran figura fue Jonathan “Chimi” González, un zaguero que podría estar jugando en cualquier otro lado de mayor nivel pero que es feliz y fiel con La Espiga. Una zancada con pelota única, un salto en carrera impresionante y una filosofía de juego de la que se funda La Espiga. Acompañado de Mati Sánchez y Seba Bella por las bandas, con las referencias ofensivas de Villán y Soplán y unos recambios de lujo, sumados al imponente golero Diego Cordoba, le facilitaron el trámite al “Yin” Catán, aún sin una pieza clave como su hijo, Pablo, que no pudo disputar el certamen. Un equipazo con todas las letras que se sacó la “mufa” en Copa Nacional de Campeones este año y que ahora va por todo: el Provincial y la clasificación directa al Nacional de febrero de Tandil.

Por su humildad y sencillez, hay que perseguirlos un poquito para que se le animen a las cámaras pero al encuentro esta vez fueron el DT Catán y dos que juegan juntos desde los 4 años, como Sánchez y Bella.

Video documental del Regional de La Espiga.

“Recién un muchacho (por el “Chimi” González) dijo que éramos una familia y es eso: nosotros somos una familia. No se trata solamente de jugar bien al fútbol y no termina todo lo que se ve acá en la cancha. Ahora queda la parte más importante, fuera de la cancha. Donde trabajamos mucho. Eso es La Espiga y se mantiene porque aparentemente se juntó un grupo de gente que sabe dialogar”, arrancó el experimentado entrenador.

Repasando las derrotas por penales ante MB Eventos y Reconquista los tomó como “dos campeonatos similares”. “Son esas cosas lindas que tiene el fútbol porque si uno va directamente a buscar el campeonato no sería tan lindo como esto. Hoy íbamos ganando 2-0, se nos pusieron 2-2 y tuvieron una posibilidad clara de pasar al frente y no sé lo que hubiese sucedido”, admitió.

A su derecha, Mati Sánchez recordó aquellas caídas y fue sincero: “Siento mucho la victoria y la derrota también. Desde los 13 años que estoy jugando para La Espiga y siento la camiseta y me duele cuando perdemos. La Espiga es parte de mi vida, crecí jugando a la pelota jugando con ellos”, remarcó.

Seba Bella, por su parte, destacó que el equipo “es un grupo en el que estamos constantemente pendientes en la atención de la otra persona, somos compañeros. Siempre ayudándonos adentro y afuera de la cancha. Eso es lo lindo que cuando termina el partido seguimos estando juntos, compartiendo, hablando, divirtiéndonos, siempre con las mismas personas”.

El “Chimi” González fue el mejor jugador del torneo.

Pero La Espiga es mucho más que un equipo de fútbol. Tiene un proyecto sólido por terminar y es ni más ni menos que el de conformarse como un club con inferiores que dispute las ligas de Baby y Futsal. Recordemos que actualmente defienden los colores del club Defensores de Glew en la Liga Nacional de Futsal Argentina (LNFA), donde ya lograron varios títulos, por lo que pronto anhelan competir con su propia insignia. “A partir del mes que viene ya vamos a tener el club, la personaría jurídica para poder participar como el Club La Espiga. Ya tenemos el predio, estamos a punto de terminarlo y eso es La Espiga: empezamos con el nombre de un negocio y cada vez que pasa el tiempo queremos más. Lo vamos a lograr y vamos a crecer”, tiró con orgullo Catán, gran responsable de que el proyecto siga su curso natural.

“Apuntamos al recambio, a los más chicos. Hoy trajimos dos nuevos que nunca habían jugado y ahí vemos si se integran, si sirve traerlos y si a ellos les gusta, porque también es cuestión de que ellos quieran estar”, agregó el “Yin”, que al respecto dijo que cuando ven jugar a posibles refuerzos le comentan lo que es La Espiga, con un “resumen teórico” que después se lleva a la práctica.

Ya en un análisis final de la relación entre los de Glew y los torneos de Copa Nacional de Campeones, en donde jugaron 23 partidos, ganaron 20, empataron 3, anotaron 120 goles y recibieron 40, Sánchez dijo que ellos van siempre “a buscar esto, nos gusta viajar, compartir momentos con los chicos y tratamos de dar todo en la cancha para que se dé”. Bella añadió que participan de la movida para “salir de la costumbre, divertirnos con la gente y los amigos y más allá de si se da el campeonato más que nada vamos a compartir y pasarla bien”.

Por último, el DT de las 81 estrellas, le dedicó el título a todos los que quieren a La Espiga –nombre de su panadería-: “Hay un montón de gente que nos acompaña, tenemos todo lo que necesitamos. Estamos a 100 kilómetros de distancia pero es como si estuviéramos en casa, nos vamos a ir a Mar del Plata y tampoco se va a sentir la distancia porque lo hacemos en familia”.

Será cuestión entonces de esperarlos nuevamente en poco más de un mes, cuando en los comienzos del mes de diciembre digan presente en el Provincial de Mar del Plata (fútbol 7). Volverá lógicamente a ser candidato y veremos qué equipo se le anima a sacarle este puesto de privilegio que tan bien se lo ha ganado con un fútbol amateur que tiene una esencia única en un elenco que juega al fútbol reducido como muy pocos lo hacen en el país.

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