Un vuelo desde Santiago y un viaje en colectivo de Buenos Aires a Tandil. Arrayán Norte sumó su primera experiencia internacional en la Copa Nacional de Campeones y sobrevoló sus expectativas, al encontrarse en un ambiente cálido, en un torneo prolijo y de gran nivel.

Encabezados por Javier Nahuelpi, llegaron al país como campeón metropolitano en sus pagos y luego de una gran preparación para la cita. Fueron adaptándose de a poco al terreno de juego y estuvieron a nada de llevarse la copa, ya que cayeron en la final de Plata contra Focusín de Mar del Plata, con quienes terminaron teniendo una gran relación fuera de la cancha.

El debut tenía todas los reflectores puestos, ya que fue un cotejo televisado en vivo y HD por streaming para que desde sus casas, a 1500 kilómetros, los pueden ver y alentar como si estuvieran jugando ahí mismo. Famliares y amigos no paraban de preguntar por el equipo, que tuvo un fuerte apoyo desde Chile. El partido en sí fue parejo pero dominado por Casa Pamqui de La Pampa que ganaba bien 3-1. Sobre el final, los chilenos anotaron el descuento y fueron en búsqueda del empate pero quedaron en las puertas de conseguirlo.

En el duelo siguiente, ya situados en el segundo día de competencia, apareció la primera alegría, ya que superaron 3-2 a Delegación Trenque Lauquen con la figura de Mario Palma, de lo mejor que tuvo Arrayán en el torneo. Con el correr del campeonato se notaba que los visitantes le iban agarrando la mano a las dimensiones de la cancha y, en la más grande de todas, como lo es la del Club Independiente, dieron cátedra contra el tandilense El Rejunte de los Jueves, a quien golearon 5-1 con un gran dominio.

En semifinales, se cruzaban con un histórico de la movida, como el campeón del Nacional Mar del Plata 2017, Consagrados de Olavarría. Previo al duelo, Palma nos comentaba que la estaban pasando “superbién”, a la vez que Nahuelpi acotó que la gente fue muy amable con ellos y que iban a “dejar la vida para intentar ganar y pasar a la final”. El capitán y número 10, comentó también que su juego es el fútbol 7 y que en Tandil las canchas son casi el doble de grande de las que juegan en Santiago. “De a poquito le fuimos agarrando el ritmo, ayer jugamos más sueltos y pudimos jugar a lo que sabemos”, finalizó.

Con el duelo en marcha en la mañana del lunes podemos decir que se trató de un auténtico partidazo. Muchos goles, emociones, polémicas y un clima de tensión en la definición final. Arrayán Norte terminó pasando 5-4 con la figura de Pablo Iturrieta que jugó un partidazo y añadió que el Nacional “es muy entretenido y la pasamos mejor de lo que esperábamos y deseamos repetirlo el año próximo”. A la hora de quedarse con tres cosas del torneo, no dudó: “familia, organización y el respeto que hay entre los jugadores adentro de la cancha”. Por último, remarcó que el grupo de amigos se caracteriza “por la unión y la familia que somos”.

En la final, se toparon con un equipo completo que si está en su tarde es muy difícil de vencer. Focusín impuso condiciones y se terminó llevando el duelo por 3-0. Lejos de terminar abatidos o enojados, los chilenos se fueron con la cabeza alta a sabiendas de que hicieron un gran torneo y de que ya estarán más conscientes de lo que se van a encontrar la próxima.

La pasaron bárbaro y reflejaron en el torneo todo el esfuerzo que hicieron para jugarlo. La organización, los traslados, las horas de viaje, los detalles, el convivir sin señal y alejados de la familia. Vaya si no vale la pena jugar la Copa Nacional de Campeones…

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